jueves, 17 de julio de 2014

2. Sophie - Las casualidades no existen

Habían pasado 6 años desde que vi a Lucy por última vez y el Rey Nim creó las murallas. Todo había cambiado en ese período de tiempo, pero os ahorraré los detalles más simples.
1. Cuando el Rey Nim se alzó con el poder no fue lo único que subió. Los impuestos y precios subieron de un día para otro. Los ricos eran ricos. Los pobres eran pobres. La clase media se colocaba en un bando u otro, dependiendo en gran parte de la suerte y los contactos.
2. Padre y madre murieron hace 4 años. No sé qué pasaría exactamente, mi hermano mayor, Derek, nunca me lo contó. Solo sé que estaban un día y al otro no.
3. Derek se unió a la resistencia. El no sabe que lo sé, supongo que no quiere ponerme en peligro. Pero tengo el sueño ligero y el sale una vez a la semana a escondidas. Es un patoso.
4. Ahora podemos mantener un nivel de vida decente gracias a los ahorros de padre y madre. Derek apenas gana dinero trabajando como guardia real. Yo intento seguir con el negocio, pero todos nos ajustamos el cinturón y casi no tenemos clientes. Es época de crisis.



Un día estaba trabajando en la tienda intentando vender unas telas preciosísimas pero bastante caras cuando llegó Max.
- ¡Ey, Soph! -saludó- ¿Adivina qué?
- ¿Qué pasa, Max?
- Voy a salir de la muralla -murmuro.
- ¡¿Qué?!
- Shh... Baja la voz. Pero sí. Voy a salir de la muralla. Mi familia tiene un asunto importante y han pedido permiso. Asi que saldré de la muralla un par de semanas.
- Me alegro, Max. ¿Crees que verás a Lucy o a Alby?
- Quizás. Puede ser. No tengo ni idea. Te avisaré si las veo. En realidad venía a despedirme porque salgo ahora mismo.
Nos depedimos, y yo seguí trabajando en la tienda.

Al anochecer, como todos los días, llegó mi hermano. Nomalmente llegaba de mal humor, pero se le pasaba en cuanto cenaba. Pero en esta ocasión estaba especialmente cabreado.
- Derek, ¿se puede saber que rayos te ha pasado hoy? -pregunté despues de cenar, mientras recogíamos.
- Nada- respondió, cortante.
- Hermano...
- Nada que le pueda interesar a una chiquilla como tu.
Iba a voltearme para empezar a discutir lo mismo de siempre cuando me di cuenta de que ya se había metido en su cuarto.
Me ponía de los nervios. Siempre me trataba como una niña pequeña. No me contaba absolutamente nada, a pesar de ser casi adulta. Por Dios, solo era un año mayor que yo. La proxima vez sería mas rápida.
Al final terminé de recoger yo sola y me acosté. O fingí que lo hacía.
En vez de ponerme el pijama, me puse mi ropa mas oscura junto con una capa negra. Era viernes, lo que significaba que saldría a reunirse con la resistencia. A medianoche, como siempre, escuché pasos en la sala principal. Después un golpe contra la mesa. ¿En serio seguía golpeandose con esa mesa después de tanto tiempo?
Cuando se cerró la puerta salí corriendo de mi cuarto y después, de la casa. Mi hermano no podía andar muy lejos. 
Miré hacia los dos lados de la calle. Ni rastro. Escogí un camino al azar, tenía un 50% de posibilidades de acertar. Al final fui hacia la derecha. Al llegar a la esquina, vi la capa de mi hermano antes de que desapareciera por otra callejuela. Tenía que ser rapida. Por desgracia, minutos despues le perdí. Estaba en la gran plaza del pueblo, pero mi hermano debía haber desaparecido por una de las calles y no sabía cual era.
Ya me había resignado a no encontrarlo y volver a casa cuando vi una figura cerca de uno de los edificios laterales. Ese llevaba tiempo abandonado.
Como no estaba segura de si era mi hermano o no (estaba muy lejos) decidí esconderme.
El sujeto en cuestión entró al cabo de un par de segundos, y lo único que atisbé a ver fue el interior completamente iluminado, por un momento.
- ¿Sabes? No deberías estar aqui, señorita.
Me estremecí. Me había metido en un lío. En un lío muy gordo. Si descubrían a mi hermano por mi culpa...
Pero cuando me giré, no era otra persona que Kevin, el mejor amigo de mi hermano.
- Sophie -dijo al reconocerme, al principio sorprendido- ¿Sabe tu hermano que estás aquí?
Negué con la cabeza.
- ¿Y sabe que tu sabes lo de la Resistencia?
Otra vez negué.
- Oye, renacuaja, ¿te ha comido la lengua el gato?
- ¡¿Renacuaja?! Solo me sacas un año. Por favor, no comiences a tratarme como mi hermano -bufé.
- Vale, vale. Oye, ¿quieres entrar? Derek me matará por esto, pero bueno, que se le va a hacer.
- ¿En serio?
- ¿Me ves con cara de broma?
No respondí. Me guió hasta el edificio falsamente abandonado y tocó a la puerta tres veces.
- Las casualidades no existen... -se escuchó desde dentro. Yo no sabía qué responder, pero, obviamente, Kevin si.
- ...solo existe lo inevitable.
- Contraseña correcta, puede pasar -tras lo cual, se escuchó un pequeño crujido y la puerta se abrió.
En cuanto entramos, tuvimos que bajar un par de pisos. No pude ver a la voz detrás de la puerta, Kevin avanzaba muy deprisa y no quería distraerme.
Con la luz amarilla que había allí, sus ojos castaños brillaban mas que de costumbre, y en cuanto se quitó la capucha, el pelo rubio parecia dorado.
- ¡Kevin! -reconocí la voz de mi hermano entre la bulliciosa actividad que había alli.
Me preparé mentalmente mientras se acercaba. Cuando estuvo casi al lado de nosotros me reconoció, y se quedó pretrificado por un momento.
- Hola, Derek -saludó Kevin como si nada pasara, pero él solo me miraba a mí.
- ¿Sophie, se puede saber que haces aquí? -preguntó, en apariencia mas calmado, porque en realidad sus ojos azules (que ambos habíamos heredado) bullían de silenciosa ira.
- Yo...eh... pues claramente yo...
- Venga, Derek, tio -Kevin intento calmar a mi hermano- No es una cría. Y aun así, ¿puedes esperar un poco y esperar a que acabe la reunion? Después podrás gritarnos tooodo lo que quieras.
Derek se calmó por el momento pero me lanzó una de esas miradas de "ya hablaremos luego".
Entre la multitud, una mujer pelirroja, de unos veintimuchos años, se hizo oir y ver subiéndose a una caja.
La reunión de la Resistencia daba comienzo.
Según lo que yo entendía, ésta no era la única "célula rebelde" del país. Mucha gente quería librarse de la tiranía del Rey Nim, pero para ello necesitaban apoyo desde fuera. Y necesitaban un voluntario para ir mas allá de la muralla y pedir ayuda al Rey William.
En ese momento nadie se presentaba voluntario. No era fácil de conseguir un buen motivo para salir de la muralla, mucho menos sin parecer sospechoso de traición. Mucha gente había intentado salir furtivamente, pero todos ellos habían acabado ahorcados o algo peor.
Miré a mi hermano. Estaba deseando salir. Podía notarlo. Y aunque no conocía a Kevin tan bien como a Derek, puedo asegurar que él también lo deseaba.
Antes de que me diera tiempo a pensarlo bien, levanté la mano y la mujer pelirroja me cedió la palabra.
- Yo tengo una tienda de telas. Puedo decir que necesito un cargamento importante. Que algún cliente rico me ha pedido... No sé, un montón de vestidos y necesito telas de calidad a montones o algo así -iba a continuar, pero Derek me interrumpió.
- ¡Me niego! Es muy joven.
- Precisamente por eso, Derek -respondió ella- Nadie sospecharía de una niña. ¿Como te llamas, por cierto?
- Soy Sophie. La hermana de Derek.
- Ya veo...
Miraba a la mujer pelirroja. Estaba segura de que si me atrevía a mirar a mi hermano me fulminaría.
- Podríais ir juntos -solucionó ella- Eres muy joven para salir sola, como bien ha dicho tu hermano. En cambio, si sales con él, podríais decir que es por tu protección. 
- Entonces yo también deseo salir -anunció Kevin a mi lado.
Tras una larga discusión que os ahorraré, se decidió que saldríamos los tres juntos. Ellos serían mis protectores. Y como eran miembros de la guardia, nadie sospecharía demasiado. 
Estaba ansiosa de salir.

1 comentario:

  1. asu tiempo que no encontraba tu blog, veo que historias que te llegaran al alma crecio mucho con la ayudita en yahoo respuestas, ya me pondre al dia con los capitulos, sigue escribiendo que tus historias son geniales :P
    saludos desde PERU

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